Una historia real, la mía

La vida a veces no es como te la imaginas de pequeña, así que no te voy a decir eso que dicen, de que hago esto porque desde pequeña era mi vocación, ya que la realidad no es esa.

Lo bueno de mi historia, es que encontré lo que buscaba, lo que me hacía feliz, después de pasar por otras cosas.

vida plena
satisfaccion personal

Así es la vida, eso se llama crecer, avanzar como persona y como profesional.

Puede quedar más “romántico” que te diga que ya desde pequeña algo me llevaba siempre hacia este lado de mi trabajo, pero te estaría mintiendo, y no tengo ninguna necesidad de hacerlo.

La gente avanza, crece y cambia para mejorar. Así es la vida real, así es mi historia.

Porque de pequeña, en el colegio, lo único que hacía a mis compañeras, como muchas otras niñas, era jugar a mover péndulo para saber cuántos hijos tendrían, alguna se ha cumplido, pero es una mera anécdota.

Lo que si dice de mí, es que soy inquieta, me gusta conocerme muy bien y probar distintas cosas, por eso quizás tengo una fuerte y desarrollada intuición.

Además de tener esa empatía extra que hace a las personas sentir sensaciones y conexiones muy diferentes.

Siempre he tenido una habilidad especial con las manos y con las personas, por eso mi madre decía que mis manos desprendían un calor especial al dar masajes.

¿Es verdad, mis manos desprenden calor? No. 

Es por la manera de usar las manos con cada persona, es por la experiencia, por esa conexión que soy capaz de generar con cualquier persona que está bloqueada.

Y eso hacía que mi madre sintiese ese “calor”, pero en realidad lo que estaba experimentando era esa conexión consigo misma y conmigo durante ese tiempo.

Algo que desconocía y que ahora sé que es un rasgo de personalidad. Antes era simplemente la “histérica” que le molestaba la TV y la música alta, dormía con tapones y le molestaban los olores fuertes y las luces (ponía una pegatina que pintaba de negro sobre el interruptor de la luz para que no me molestase esa minúscula lucecita). 

Y eso me hizo prestar más atención a las sensaciones y las situaciones, algo que me ayuda mucho a predecir mucho antes que los demás, algunas cosas importantes para mejorar.

Pero esto no es solo “esencia”, eso que desarrollas por ti misma.

No.

Me he trabajado tanto a nivel de terapias, de todo tipo.

He leído mucho y me he empapado del mundo de la autoayuda, he recibido muchas formaciones y he practicado mucho antes de llegar aquí.

Eso es lo que hoy en día me permite gestionar, desarrollar y usar mis dotes a mi favor y al servicio de quien lo necesita para mejorar su vida.

Esta es la realidad de alguien que fue maquilladora hasta hace pocos años. Y tú dirás… ¿Menudo cambio no?

Pero la realidad es que no es tan grande, te explico.

Cuando una persona venía a maquillarse para su boda, y se sentaba en mi sillón para empezar largas sesiones de un par de horas, terminaba hablando de todo.

Y en esos momentos, me di cuenta de que mucha gente se abría a contarme cosas que no son las “normales” de una conversión entre maquilladora y persona.

Yo llevaba tiempo formándome en terapias sistémicas y de ahí que, sin querer, acabásemos haciendo, además del maquillaje, muchas sesiones de terapia.

¿Y sabes qué?

La gente valoraba mucho esta parte, tanto que muchas de estas personas repetían, no para maquillarse, sino para tener una charla, una sesión.

Así que poco a poco, como se hacen bien las cosas, fui cambiando mi negocio solo a esta parte, porque es algo que disfruto mucho más.

Porque me gusta ayudar a la gente que tiene bloqueos, me gusta verlas crecer y sonreír. Porque es algo que me gusta desde hace muchísimo tiempo.

Algo a lo que le dedique muchas horas como “hobby”, porque algo que te gusta mucho, no es un trabajo, es un “hobby”, y así conseguí tener la formación y la experiencia necesaria para hoy en día poder ofrecer servicios de terapias sistémicas y constelaciones familiares con garantías.

No estoy aquí para probar que tal va este negocio, estoy porque todo me llevó hasta aquí, casi sin querer, me empujó a crecer y a salir de una rutina que cada día disfrutaba menos.

Me enseñó a entenderme, a buscar mi propia camino y a mirar atrás para aprender, mejorar y a dar pasos en la dirección que me hace sentirme feliz cada día conmigo misma.

“Porque así es la vida.
Cambias, mejoras, creces y disfrutas de ese proceso.”

Y eso es lo que quiero que consigas tú. Que crezcas, salgas de ese bloqueo y consigas disfrutar tu vida al cien por cien.

Así es mi vida, sin tapujos, sin medias verdades, porque las cosas sinceras, son las que funcionan, las que enseñan y de las que puedes aprender.